Volvíamos caminando por la playa alegremente
cuando fuimos sorprendidos por ladridos de repente.
Una manada de canes a la hora del ocaso
avanzó sobre nosotros para atacarnos acaso.
Se interpuso nuestra perra les ladró valientemente
temíamos lo peor me arriesgué y les hice frente.
Proferí unos cuantos gritos avanzando sobre ellos
el líder dio marcha atrás y los otros le siguieron.
Eran más de una docena de perros color marrón
decidieron retirarse esperando otra ocasión.
Continuamos el regreso con la mirada hacia atrás
quedaron lejos bien lejos y pudimos respirar.
Ruben Edgardo Sánchez, 12 de enero de 2014
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