Tan frágil es nuestra vida
como la de un simple insecto
no somos invulnerables
como tampoco perfectos.
Cierto baño de humildad
no vendría nada mal
nuestra vida es un regalo
que debemos apreciar.
Tenemos por compromiso
proteger este tesoro
legado sin costo alguno
aunque valga más que el oro.
Debemos ser responsables
saber que la vida es una
y que siempre valdrá más
que una cuantiosa fortuna.
Ruben Edgardo Sánchez, 1 de enero de 2016
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