Corriendo desaforada
tras la espuma de las olas
nuestra perra se divierte
durante horas y horas.
No hay nada que la detenga
a todas les hace frente
el combate no da tregua
pone el pecho a la rompiente.
Al llegar de nuevo a casa
lo hace exhausta y abatida
después de un baño en la ducha
come un plato de comida.
Entonces se echa a dormir
gimiendo a más no poder
su disputa frente al mar
la dejó a maltraer.
Ruben Edgardo Sánchez, 12 de enero de 2016
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