Nacemos en libertad con la vida por delante
para hacer lo que queramos desde que somos infantes.
Pero no somos tan libres estamos condicionados
por atávicos proyectos de nuestros antepasados.
De niño nos van metiendo mandatos en la cabeza
en cada paso que damos con la historia uno tropieza.
Liberados de presiones de máscaras y disfraces
somos mucho más genuinos y cuánto bien que nos hace.
Ruben Edgardo Sánchez, 14 de mayo de 2014
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