Una línea muy delgada
separa el bien del mal
cada uno es responsable
de lo que hace al final.
No hay condicionamientos
ni excusas para dar
nuestra misión en la vida
por sobre todo es amar.
El amor es garantía
de nuestra perpetuidad
no existe esperanza alguna
si lo que reina es el mal.
Si tenemos que elegir
no hay razón para dudar
la única alternativa
que nos queda es amar.
Ruben Edgardo Sánchez, 20 de enero de 2016
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