Desde hace algunos días que me encuentro abatido
y bastante deprimido pese a estar donde quería.
Disfruto mis vacaciones junto a la orilla del mar
y no me puedo quejar pero algo me carcome.
Y me puse a analizar qué será lo que me apena
si tengo la boca llena y puedo vacacionar.
Escuchando las noticias advierto casi enseguida
que está en peligro la vida por tanto odio y malicia.
Y entonces caigo en la cuenta que aquello que me deprime
y que mi pecho oprime ocurre aquí a la vuelta.
En la casa del vecino aquel que perdió el trabajo
tras laburar a destajo porque lo quiso un cretino.
Y concluyo con razón que es lógico andar penando
si les están destrozando a tantos el corazón.
Pues sin pan y sin trabajo la vida pierde sentido
uno termina abatido y con la cabeza abajo.
Ruben Edgardo Sánchez, 29 de enero de 2016
Pintura: Ernesto de la Cárcova
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