Ya basta de gritos! Yo no soy tu madre!
le dijo la niña a su hermano menor
y entonces me puse a pensar un momento
el sentido exacto de esa petición.
Tendrá este pequeño licencia especial
que le dé permiso para tal empresa
proferirle gritos a quien lo engendró
sin que ello implique ninguna rareza.
Deberá la madre aceptar su suerte
soportar desplantes berrinches y gritos
porque así lo exige su misión materna
sólo por el hecho de que son sus hijos.
Sólo son preguntas que yo me formulo
en tanto me alejo de ese par de niños
tal vez sea oportuno pensar un momento
qué falta nos hace un poco de cariño.
Ruben Edgardo Sánchez, 4 de mayo de 2016
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