Es una noche especial
la primera en que no estás
voy sin rumbo a la deriva
al encuentro de un quizás.
No sé tal vez me equivoque
y no sea éste el final
es posible que estés cerca
y no sepa en dónde estás.
Ahora sólo te espero
sin saber muy bien qué hacer
esta noche hoy no duerme
porque quiere amanecer.
Allá arriba está la luna
como testigo imparcial
vestida siempre de plata
y sonriéndome igual.
Ruben Edgardo Sánchez, 29 de enero de 1994
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