En medio de mi desvelo
tan redonda y platinada
se recortaba en el cielo
muy negro en la madrugada.
Deslumbrante y majestuosa
como reina de la noche
cada día más hermosa
la luna ponía su broche.
En silencio y con sigilo
se iba yendo lentamente
casi como en un descuido
sigilosa hacia el poniente.
Con su mirada serena
como siempre tan callada
regalándome un poema
que surge como si nada.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de mayo de 2016
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