Un gran baldío pardo es la tristeza
un árbol sin brotar en primavera
una niña con flores y estampitas
un gato abandonado en una acera.
Un cielo gris oscuro sin aroma
un horizonte incierto entre la bruma
un viento tempestuoso y lapidario
una noche sin estrellas y sin luna.
Un llanto resignado sin mañana
un corazón helado y sin aliento
una voz quejumbrosa y lastimera
un sórdido y letal presentimiento.
Una luz mortecina en una calle
un desierto sin alma un empedrado
una lágrima tibia en la mejilla
un vacío sin dueño en el costado.
Un lamento que fue y ya no es lamento
una pena que brota de la nada
una mirada puesta en la distancia
una lánguida sed en las entrañas.
Una vieja pared es la tristeza
donde no puedo escribir ni una palabra.
Ruben Edgardo Sánchez, 6 de noviembre de 1993
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