Catorce son los varones
once suman las mujeres
así es como se compone
el quinto de cascabeles.
Algunos son muy ruidosos
otras son muy calladitas
una habla en otro idioma
y la otra en voz bajita.
Una no quiere leer
alguno llora sin pausa
uno duerme en los laureles
a otro le duele la panza.
Este protesta por todo
ese acusa sin cesar
aquel se queda sin aire
cuando se pone a llorar.
Hay quien anda pavoneando
y el otro que buchonea
está el que lanza mugidos
y varios que cacarean.
Algunas hablan bajito
y critican sin cesar
cada dos por tres se trenzan
y comienzan a pelear.
También pasan papelitos
con mensajes que hacen mal
se miran con desconfianza
y se empiezan a acusar.
Hay uno a quien la cara
se le pone colorada
está el que se come todo
y el que hace payasadas.
También están los celosos
que no quieren competencia
adulones de un maestro
que sabe tener paciencia.
Me pidieron que escribiera
unos versos para ustedes
no se enojen ni se ofendan
porque el maestro los quiere.
Ruben Edgardo Sánchez, año 1995
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