Cuántas sombras se empecinan
en colmarnos de ausencias
sin un manto de piedad
por los que piden clemencia.
Cuánto dolor cuánta pena
lindando con la indecencia
hay muy poco por hacer
ante la cruel impotencia.
Cuánto caudal de energía
se diluye sin conciencia
cuánta abundancia de nada
cuando lo que hay son carencias.
Cuánto pesar cuánta angustia
invade hoy mi existencia
cuando la vida agoniza
ante mi absorta presencia.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de septiembre de 2014
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