Tomemos con pinzas
a nuestras palabras
con sumo cuidado
cuando ellas hablan.
Porque una vez dichas
no tienen retorno
aunque las vistamos
con muchos adornos.
Ni los bisturíes
ni los cirujanos
podrán extirparlas
con sus sabias manos.
Las tendrán grabadas
a fuego en el alma
quienes recibieron
tan duras palabras.
Por unos segundos
por incontinencia
gana la partida
la cegada urgencia.
Ninguna disculpa
cambiará el efecto
ni el daño que hacen
a nuestros afectos.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de septiembre de 2014
a nuestras palabras
con sumo cuidado
cuando ellas hablan.
Porque una vez dichas
no tienen retorno
aunque las vistamos
con muchos adornos.
Ni los bisturíes
ni los cirujanos
podrán extirparlas
con sus sabias manos.
Las tendrán grabadas
a fuego en el alma
quienes recibieron
tan duras palabras.
Por unos segundos
por incontinencia
gana la partida
la cegada urgencia.
Ninguna disculpa
cambiará el efecto
ni el daño que hacen
a nuestros afectos.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de septiembre de 2014
No hay comentarios.:
Publicar un comentario