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Tan joven y tan valiente ex-combatiente argentino
fuiste empujado a la guerra Malvinas fue tu destino.
Cuando aún eras un niño y asomabas a la luz
diste tu vida por ellas y no son nuestras aún.
En mil nueve ochenta y dos madrugada dos de abril
desembarcaste en las islas sin saber qué hacías allí.
Viste izar nuestra bandera en esas tierras remotas
y te sentiste orgulloso de ser parte de esa historia.
Al mes siguiente Inglaterra envió una poderosa flota
y comenzó una batalla que terminó en cruel derrota.
No sólo fueron las islas las que aquel día perdimos
sino mucha sangre joven de soldados argentinos.
Tú fuiste uno de tantos que dio su vida por ellas
las que tutelas ahora cabalgando alguna estrella.
Ruben Edgardo Sánchez, 2 de abril de 2009
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