Una casa de madera
rodeada de margaritas
asentada en la ladera
de una bella serranía.
Enraizado junto a ella
un gran árbol inclinado
generoso la acompaña
con su sombra en el verano.
Cuesta abajo un arroyo
de aguas muy cristalinas
serpentea presuroso
sobre piedras ambarinas.
Es primavera y el campo
se mantiene expectante
el futuro es promisorio
la vida luce radiante.
Ruben Edgardo Sánchez, 20 de septiembre de 2014
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