Sorprendo a la luna que asoma su calva
detrás del follaje vestida de plata.
Tras las verdes hojas se eleva apurada
soberbia brillante redonda plateada.
Apenas se observa menguada su frente
la noche ya es plena y ella está presente.
La ciudad las calles las casas los techos
reciben un baño de plata muy tenue.
Ruben Edgardo Sánchez, 13 de noviembre de 1992
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