Todos deseamos cambiar las cosas que no están bien
es un reflejo normal que brota a flor de piel.
Sin embargo muchas veces el cambio es para mal
aunque aportemos con creces nuestra mejor voluntad.
No todo depende de uno aunque es lo que procuramos
deben responder algunos en quienes ayer confiamos.
La culpa está repartida cada quien que se haga cargo
hay cosas que en esta vida dejan un sabor amargo.
No esperemos que ahora resuelvan nuestros problemas
si las cosas no mejoran nos moriremos de pena.
La vida es un regalo pero no todo es gratuito
cuando nos equivocamos nos regañamos a gritos.
Permanece la amargura y el reproche permanente
hasta que la herida cura y elevamos nuestra frente.
Dicen que errar es humano y perdonar es divino
estrechemos nuestras manos para cambiar el destino.
Ruben Edgardo Sánchez, 1 de abril de 2016
No hay comentarios.:
Publicar un comentario