El mal tiempo nos dejó sin el sol durante días
lloviendo hora tras hora de manera desmedida.
La brisa empezó a soplar despejando el firmamento
las nubes se disiparon empujadas por el viento.
Cuando al final escampó el sol brilló como nunca
se lo veía radiante bautizado por la lluvia.
Se lavaron las terrazas los patios y las veredas
y las plantas recibieron gran cantidad de agua fresca.
Regresaron los colores y se marcharon los grises
distintas tonalidades brindaron bellos matices.
Que llueva de vez en cuando es bueno y es saludable
pero cuando sale el sol la vida es más amigable.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de abril de 2016
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