Con millones de partículas que conforman su estructura
en toda playa de arena impera la desmesura.
Suave y fresca por la noche ardiente en el mediodía
alisada por el agua que va y viene por la orilla.
Quedan las huellas marcadas de todos los veraneantes
perros gaviotas humanos y carritos ambulantes.
Algún castillo de arena conchillas y caracolas
los médanos y las dunas paralelos a la costa.
La marea que va y viene dejando una blanca espuma
y en algunas ocasiones una persistente bruma.
Es hermoso caminar sobre una playa de arena
junto a la orilla del mar las noches de luna llena.
Ruben Edgardo Sánchez, 31 de enero de 2017
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