Trescientos sesenta grados mirando en derredor
el mar la arena y los médanos con todo su esplendor.
Bellas playas generosas y un inmenso mar azul
el sol detrás de las dunas alumbrando con su luz.
Blancas crestas de las olas con un destino de orilla
vendedores ambulantes entre carpas y sombrillas.
Música baile y sonrisas en algunos paradores
deportistas amateurs futbolistas nadadores.
Todo el tiempo disponible para poder disfrutar
de unas buenas vacaciones junto a la orilla del mar.
Muy lejos de las ciudades más o menos importantes
regalarnos días de playa es siempre gratificante.
Ruben Edgardo Sánchez, 30 de enero de 2017
No hay comentarios.:
Publicar un comentario