En épocas de elecciones van en busca de electores
con consignas tentadoras que pugnan por sus favores.
Con promesas de campaña con bailes y con canciones
embolsan como un tesoro la fe de los soñadores.
Y cuando el electorado comprueba que fue engañado
despotrica contra aquellos que otra vez lo han estafado.
Con seductoras palabras que inducen a una ilusión
y propuestas tan ambiguas que acaban en decepción.
Lamentan haber caído nuevamente en una trampa
endulzaron sus oídos vendiéndoles esperanza.
Con mensajes convincentes que les nublan la razón
como si fueran pequeños les venden algún buzón.
Al cabo de poco tiempo continúan protestando
contra aquellos que otra vez consiguieron ser votados.
Ruben Edgardo Sánchez, 22 de junio de 2016
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