La realidad cotidiana resulta abrumadora
muchas cosas nos aplastan cada día cada hora.
Hay razones suficientes para estar muy preocupados
las promesas de campaña quedaron a un costado.
Desde hace sólo seis meses todos andamos penando
y algunos arrepentidos se preguntan qué votaron.
Actuaron con buena fe pensando en lo mejor
no imaginaron jamás que podría ser peor.
Pero ahora ya es muy tarde no hay lugar para el lamento
faltan tres años y medio para que cambie el gobierno.
Tendremos que apechugar y tener mucha paciencia
aquellos que lo votaron tendrán cargo de conciencia.
Esperaban lo contrario no hay nada más que decir
hay despidos tarifazos y un oscuro porvenir.
Y para colmo de males aumentaron los remedios
es imposible aliviar semejantes atropellos.
Ahora estamos como siempre molestos y disgustados
terminamos padeciendo los errores del pasado.
La realidad es atroz no es lo que habían prometido
quienes querían cambiar ahora están arrepentidos.
Ruben Edgardo Sánchez, 10 de junio de 2016
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