En poco más de dos décadas cambiaron mucho las cosas
podemos comunicarnos de muy diferentes formas.
El histórico teléfono se sigue utilizando
de manera inalámbrica incluso movilizándonos.
Por su versatilidad y varias aplicaciones
lo han convertido de a poco en centro de operaciones.
Las cabinas telefónicas y los teléfonos públicos
fueron desapareciendo y en un tiempo eran los únicos.
La intercomunicación enorme que hoy tenemos
permite estar vinculados casi con el mundo entero.
Ya no existen más barreras que impidan comunicarnos
ahora en cambio vivimos todo el día conectados.
Y paradójicamente entre tanta conexión
creemos estar más juntos que en alguna reunión.
Algunas de las secuelas de tanta tecnología
es que nos tiene atrapados en sus redes cada día.
Ruben Edgardo Sánchez, 24 de junio de 2016
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