Voy camino hacia la costa y hacia el mar
pura pampa en toda su inmensidad.
Tanto verde tanto cielo y tanta paz
y un camino que se pierde más allá.
Hace tanto que no dejo la ciudad
que la pampa comenzaba a extrañar.
Cielo hierbas campos verdes a granel
muchas vacas y caballos en tropel.
Alambradas y arboledas más aquí
florecillas amarillas por allí.
Pinceladas de nubes junto al sol
que nos llenan de luz y de color.
La gramilla algún bosque y el ombú
el ganado algún perro el avestruz.
Un renuevo de vida un respirar
no hace falta que pidamos mucho más.
Ruben Edgardo Sánchez, 6 de febrero de 1996
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