Qué pasa corazón pregunto y digo
que le quitan los sueños a los niños.
La esperanza de vida se ha extendido
esto afirma la ciencia sin sentido.
Sin sentido es la vida para tantos
es más digno morir que andar penando.
Promete la iglesia las llaves del reino
pero el sufrimiento es lo único eterno.
Difícil es decir bienaventurados
si están día a día siendo condenados.
Si viven a medias como de prestado
mientras otros gozan de lo que han robado.
Murió de un infarto rezaba la nota
con sesenta y cuatro se rompió la copa.
Otro en ambulancia reclama asistencia
es un jubilado le sobra paciencia.
No hay en Buenos Aires ni una sola cama
ya no es necesario su vida se apaga.
Estrés depresión infartos y droga
en el fin de siglo ésta es la moda.
Por si fuera poco tenemos el SIDA
hasta los amores parecen suicidas.
Si son los flagelos bienaventuranzas
ya no queda sitio para la esperanza.
Ruben Edgardo Sánchez, 25 de junio de 1993
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