Somos fruto de una unión azarosa o consensuada
de alguna u otra manera nuestra vida es engendrada.
Por ella nos deleitamos con todas sus maravillas
aunque también padecemos dolores y pesadillas.
Sobre una hoja en blanco escribimos nuestra historia
y algunos vagos recuerdos guardamos en la memoria.
Como seres transitorios invitados a la vida
nuestro paso es muy ligero y llegará la despedida.
Hasta entonces disfrutamos nuestra estancia pasajera
y tratamos de que sea interesante y placentera.
Arrancamos con un llanto en la primera expiración
y con el último aliento cae para siempre el telón.
Ruben Edgardo Sánchez, 28 de mayo de 2017
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