El cielo está muy cerrado
cubierto por muchas nubes
una extraña claridad
al escenario acude.
Puede ser la luz del sol
o tal vez la de la luna
que se escurre entre las nubes
atravesando la bruma.
En medio de la tormenta
un haz de luz ilumina
dos o tres árboles solos
en medio de la colina.
Se ven fuertes y enhiestos
sobre una suave pendiente
devienen protagonistas
sin saberlo de repente.
Ruben Edgardo Sánchez, 6 de septiembre de 2016
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