Después de tanto trabajo
y de enormes sacrificios
hacemos lo que nos place
y no pedimos permiso.
Disfrutamos cada día
con sus veinticuatro horas
no andamos a las corridas
el tiempo es lo que nos sobra.
No hay mejor medicina
que vivir en libertad
haciendo lo que nos gusta
sin dañar a los demás.
Sin rendir cuentas a nadie
ni brindar explicaciones
cada día es todo nuestro
de la mañana a la noche.
Porque estamos jubilados
bailamos con alegría
es un hermoso regalo
que nos supo dar la vida.
Ruben Edgardo Sánchez, 20 de septiembre de 2016
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