Qué sucede cuando ataca un batallón de bacterias
que además de hacernos daño son terriblemente feas.
Qué hacer para combatirlas sin morir en el intento
sabiendo que están metidas adentro de nuestro cuerpo.
Aunque existan antibióticos sumamente eficaces
cuando la infección es grande ya no hay remedio que alcance.
Como la fiebre amarilla que azotó a Buenos Aires
y obligó a la oligarquía a mudarse a otra parte.
Pagaron caro los pobres que no podían marcharse
murieron por la epidemia y no pudieron salvarse.
Cuando quedamos sumidos en una infección global
es difícil encontrar algo que cure ese mal.
Ruben Edgardo Sánchez, 15 de septiembre de 2016
Las epidemias de fiebre amarilla en Buenos Aires tuvieron lugar en los años 1852, 1858, 1870 y 1871. Esta última mató a 14 000 personas (la mayoría inmigrantes italianos, españoles, franceses y de otras partes de Europa).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario