Somos
pueblo resignado a padecer injusticias
también
un pueblo de paz que detesta la malicia.
En poco
más de dos siglos nuestra tierra fue arrasada
por
necios e intolerantes y la patria desangrada.
Un
fiscal que se suicida y un cardiólogo también
por
causas bien conocidas si sabemos quién es quién.
Las
coimas en el Senado fueron un caso sonado
hoy todos
fueron absueltos y ninguno condenado.
Diciembre
de dos mil uno la gente salió a la calle
a
golpear las cacerolas y a gritar sin que la acallen.
A pedir
la dimisión del presidente de turno
clamar que
se vayan todos y que se borren del mundo.
Hoy
todos siguen estando con sus nombres y apellidos
el poder
siempre es el mismo apenas cambia su estilo.
Si
somos gente de paz y nunca pedimos nada
por qué
aborta nuestros sueños tanta gente endemoniada.
Ruben
Edgardo Sánchez, 26 de febrero de 2015
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