Soy el
viejo que ya fui
cuando
apenas era un niño
y ahora
que soy mayor
sigo
siendo siempre el mismo.
Mi
cabellera más blanca
un poco
más de experiencia
amando
siempre la vida
con
toda su excelencia.
No hay
razón para quejarme
todo
esto es un regalo
desde
la luz que me alumbra
hasta
el aire que inhalo.
No hago más que dar las gracias
por
disfrutar de mi estancia
a lo
largo de mis años
desde
mi primera infancia.
Ruben
Edgardo Sánchez, 10 de febrero de 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario