Se acerca la Noche Buena y también la Navidad
mientras hay gente que sufre sin tener con qué brindar.
Sin casa y sin comida echados sobre un colchón
en el medio de una plaza o en alguna estación.
Durmiendo pasan los días consumiéndose de a poco
tras sus prendas arrugadas un pobre corazón roto.
Sin fuerzas para pedir ni siquiera una limosna
se despiden poco a poco de esta tierra ignominiosa.
No hay ningún Papá Noel que les acerque un regalo
ni siquiera en Navidad cuando acostumbran a darlos.
Ruben Edgardo Sánchez, 23 de diciembre de 2016
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