Ya pasó la Navidad y se acerca el Año Nuevo
después de la medianoche el primer día de enero.
Vamos a alzar nuestras copas compartiendo la ilusión
de que el próximo resulte al menos algo mejor.
Es una sana costumbre renovar las esperanzas
al comenzar otro año entre sueños y labranza.
Todo aquello que sembremos con amor y con paciencia
cosecharemos entonces como frutos de la huerta.
No podemos esperar que el trabajo lo haga el otro
en todo caso es mejor que empleemos el "nosotros".
Los aciertos y los yerros son por igual compartidos
ojalá que el nuevo año nos encuentre más unidos.
Ruben Edgardo Sánchez, 31 de diciembre de 2016
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