Ha de ser la primer noche
y también el primer día
para aquellas criaturas
que sean recién nacidas.
Mas también hay una noche
que no tendrá amanecer
para todos los mortales
en vías de fenecer.
El sol saldrá para todos
excepto para algunos
que no podrán disfrutarlo
porque le llegó su turno.
No habrá un nuevo amanecer
ni lugar para el reproche
pues la vida siempre tiene
también su última noche.
Ruben Edgardo Sánchez, 18 de diciembre de 2016
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