Ay de aquellos que se ufanan de ser seres diferentes
y a menudo nos señalan por comunes y corrientes.
Les recuerdo que la vida nos iguala en lo esencial
somos un cuerpo y un alma con un efluvio vital.
Quienes andan presumiendo que son más que los demás
no toleran la evidencia de que son sólo uno más.
Pues somos todos iguales desde el principio hasta el fin
nacemos un día cualquiera para otro día morir.
Ruben Edgardo Sánchez, 23 de agosto de 2014
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