Una casa con dos pinos
al tope de la colina
y el sol brillando en lo
alto
regalándonos la vida.
Sus rayos surcan los
cielos
ardientes y luminosos
sorprendiéndonos a diario
con brillos esplendorosos.
Un sendero que nos guía
hacia el curso de algún
río
con sus aguas cristalinas
y las mieles del estío.
Sabemos la vida es bella
es tan simple y primorosa
perfumadita y radiante
como pétalos de rosa.
Ruben Edgardo Sánchez, 27
de agosto de 2014
Ilustración: Ruben Edgardo Sánchez
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