Cuánto saber se atesora en las páginas de un libro
sea robusto y complejo o diminuto y sencillo.
Libros que instan a volar con nuestra imaginación
o aquellos que nos inducen a utilizar la razón.
Las palabras se aglutinan en párrafos y oraciones
con sus múltiples sentidos y mil significaciones.
Sea cual fuere su idioma o su encuadernación
nos deleitan y entretienen en cada buena ocasión.
La nueva tecnología nos brinda libros virtuales
no ocupan ningún lugar y parecen fantasmales.
Los prefiero de papel tan nobles y generosos
llevan marcadas las huellas de sus lectores gozosos.
Con el paso de los años sus hojas se tornan sepia
van perdiendo la humedad pero no pierden su esencia.
Un libro nos hace libres y por ello lo censuran
resulta muy peligroso para toda dictadura.
Los ignorantes no saben pues carecen de cordura
que al prohibirlos solo logran incitar a su lectura.
Los libros son portadores de la palabra escrita
para que sea perenne más allá de nuestra vida.
Ruben Edgardo Sánchez, 25 de agosto de 2014
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