Detrás de una duna
grande esplendorosa
se asoma la luna
bellamente hermosa.
Sin prisa ninguna
lenta sigilosa
en la noche bruna
reina majestuosa.
La diosa fortuna
que es muy generosa
nos trae una luna
blanca y primorosa.
Fiel como ninguna
nívea silenciosa
mil sueños acuna
como blanca diosa.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de agosto de 2014
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