Todos tenemos poderes que nos permiten lograr
diferentes objetivos haciéndolos realidad.
Incluso aquellos que nacen con serias limitaciones
desarrollan aptitudes que logran compensaciones.
Tienen poder quienes pueden concretizar sus propósitos
siempre y cuando no cercenen los derechos de los otros.
Las sociedades modernas con nutridas poblaciones
requieren representantes que organicen sus naciones.
Es menester delegar el poder en gobernantes
para controlar el caos que podría generarse.
Las decisiones políticas tienen que ser consensuadas
para evitar injusticias y prácticas indeseadas.
Concentrar todo el poder en manos de poca gente
genera desigualdades y un gobierno omnipotente.
Deben lograr ante todo garantizar los derechos
que tenemos las personas desde el día en que nacemos.
Ruben Edgardo Sánchez, 2 de octubre de 2015
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