Apago el televisor y aparece mi morada
como fondo de pantalla con mi imagen reflejada.
Avezado espectador atento caigo en la cuenta
que es mi propia realidad la que de pronto se enfrenta.
No hay reportes policiales ni pronóstico del tiempo
no hay informes especiales ni de último momento.
Tan solo veo el silencio del interior de mi hogar
alejado de este mundo que invade mi intimidad.
Ruben Edgardo Sánchez, 8 de septiembre de 1995
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