Ya no saben qué inventar
ni tampoco qué decir
a un electorado incrédulo
difícil de seducir.
Ponen su mejor sonrisa
dan caricias con sus manos
besan a todos los niños
y también a los ancianos.
Prometen gobernar bien
actuar con honestidad
y mejorar nuestras vidas
de aquí a la eternidad.
Atildados candidatos
a presidir un país
y un pueblo nada dispuesto
a inclinar su cerviz.
Ruben Edgardo Sánchez, 22 de octubre de 2015
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