No soy él pero me inspiro
en San Francisco de Asís
un santo a quien admiro
desde que vi aquel film.
Él era el Hermano Sol
y ella la Hermana Luna
era la naturaleza
su más preciada fortuna.
Se despojaron de todos
sus bienes patrimoniales
vivieron para servir
a sus bienes naturales.
Amaban sólo la vida
y sus manifestaciones
dentro de ellos palpitaban
muy fuerte sus corazones.
Ruben Edgardo Sánchez, 18 de septiembre de 2015
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