Cuando corre por las venas una sangre que es muy tibia
la reacción se hace esperar y habitualmente se enfría.
Las respuestas en caliente suelen ser intempestivas
demasiado irracionales casi siempre desmedidas.
El objetivo concreto es hallar el punto exacto
para dar una respuesta que cause un buen impacto.
No responder de inmediato de manera inopinada
ni quedarse sin palabras y abandonar la parada.
Como siempre el equilibrio es quien gana la partida
hay que darle tiempo al tiempo siempre en su justa medida.
Ruben Edgardo Sánchez, 21 de septiembre de 2015
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