Un par de gatos subidos
sobre el techo de una casa
y otro que los observa
detrás de una ventana.
Desde allí pueden mirar
los árboles con sus frutos
que rodean a las casas
amigablemente juntos.
Observan atentamente
la actividad de las aves
que vuelan de un lado al otro
hasta posarse en los cables.
Bien lejos de los felinos
que suelen ser peligrosos
porque pueden convertirlas
en alimentos sabrosos.
Comparten el caserío
de las ventanas abiertas
todas con sus chimeneas
y un llamador en sus puertas.
Podrán compartir las aves
alguna vez con los gatos
una tarde amigable
aunque sea por un rato?
Ruben Edgardo Sánchez, 8 de julio de 2015
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