Sobre las tibias mejillas
las lágrimas como perlas
se deslizan lentamente
y es imposible no verlas.
Brotan con gran profusión
desde el interior del alma
para mitigar las penas
recuperando la calma.
En cada una de ellas
se refleja un gran dolor
que sin más contemplaciones
invade nuestro interior.
Hasta dejarnos vacíos
de lágrimas y tristezas
para empezar a escribir
otra historia que comienza.
Ruben Edgardo Sánchez, 2 de julio de 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario