Desde tiempos muy remotos el hombre aprendió enseguida
que el esfuerzo colectivo nos facilita la vida.
Aunque parezca imposible trasladar algo pesado
jalando la misma cuerda el escollo es superado.
Por más que le pongan palos la rueda sigue girando
si no rueda por sí sola la ayudamos empujando.
Los grandes emprendimientos requieren de voluntades
que se suman resignando egoístas vanidades.
Más vale allanar caminos en vez de embarrar la cancha
solucionar los problemas induciendo a la calma.
Saber que es mejor sumar cuando la causa es justa
que la unión hace la fuerza y a muy pocos les disgusta.
Ruben Edgardo Sánchez, 20 de julio de 2015
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