Andabas sin prisa
como pidiendo permiso
con paso cansino
leve y pesado a la vez
aletargado impaciente
también irreverente.
Tu paso silencioso y discreto
colmó todas las dudas
enmudeció las palabras
aquellas que sobran.
Cabizbajo andabas por la vida
mascullando rabias sinsabores
supiste agradar a quienes te rodeaban
y sembraste dudas por doquier.
Tu recato tu parsimonia
tu silencio tu bonhomía
se fueron un día
pero aún estás aquí
junto a nosotros y los otros
musitando grandezas y pequeñeces
imaginando un mundo
más justo y más acabado.
Tu vida fugaz no fue en vano
si es que alguien te recuerda
tu nombre fue nombrado y escrito mil veces
tu nombre resuena aun apagado.
Un pasado que no llegó a ser presente
un presente que no llegó a ser futuro
porque así lo quiso la providencia
sin embargo dejaste una estela
una estela de luz que nos quema.
(Para Alejandro, nuestro alumno de 6º grado)
Ruben Edgardo Sánchez, 24 de octubre de 2012
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