Hay cosas que nunca faltan
y siempre salen a escena
cuando menos lo esperamos
aparecen los problemas.
No podemos ignorarlos
porque están delante nuestro
lo único que nos queda es
tratar de resolverlos.
Solemos refunfuñar y
maldecir la presencia
descomedida y odiosa de
aquello que nos aqueja.
A menudo no advertimos que
somos los responsables
y buscamos vanamente otros
presuntos culpables.
En el teatro de la vida
descorremos el telón
y aparecen los problemas
que nos nublan la razón.
No nos quedamos sentados
subimos al escenario
y actuamos pacientemente
para poder remediarlos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario