Estábamos convencidos de
vivir en democracia
y al cabo nos dimos cuenta
de que era una falacia.
No es un gobierno de facto
pero es como si lo fuera
pues se toma atribuciones
que el pueblo no delega.
Convivimos diariamente con
funcionarios brutales
que acostumbran a
quitarnos los derechos primordiales.
Una banda de farsantes que
nos roba la esperanza
se está llevando de todo
porque nada les alcanza.
Aquellos que los votaron
hace sólo un par de años
no dejan de sorprenderse
cuando advierten el engaño.
Prefieren disimularlo
cerrando siempre la boca
no quieren reconocer que
fue una decisión tonta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario