Un bebé apenas se para comienza a caminar
la madre se desespera porque puede tropezar.
Lo persigue temerosa y él se empieza a alejar
se siente libre y entonces anda de aquí para allá.
“Corre madre detrás mío que no me vas a alcanzar”
piensa el niño mientras ríe y empieza a trastabillar.
Desde el día en que nacemos nos queremos liberar
deseamos sortear los límites que nos impiden andar.
No nos gusta ser un títere a quien pueden manejar
con el aire que inhalamos ya podemos respirar.
Andar sin temor la vida y sin miedo a fracasar
es la expresión más genuina de amor a la libertad.
Ruben Edgardo Sánchez, 26 de abril de 2017
No hay comentarios.:
Publicar un comentario